viernes, 4 de mayo de 2018

Una sonrisa

Sí, ya sé que en los tiempos que vivimos, en los que el aumento de la cantidad de información nos muestra la peor cara del ser humano, la "postverdad" nos marea en una noria de verdades y mentiras lanzadas sin ningún recato y la amenaza de sustitución por parte de la inteligencia artificial nos deja como tontos, no es fácil esbozar una sonrisa al viento.

Hace poco me llegó una noticia sobre la ciudad que más sonríe del mundo y qué casualidad, que es Málaga, la Málaga que sufro y disfruto, de ahí que esté escribiendo esto. ¿Qué tiene Málaga para que los malagueños sonrían tanto? La respuesta habría que preguntársela a alguien foraneo y viajado, cosas de las que carezco, pero por las múltiples conversaciones mantenidas con gente de fuera, podría llegar a ciertas conclusiones.

¿Por qué se sonríe? ¿Humor, amor, simpatía, empatía, amabilidad, felicidad, costumbre? Sonreir es la expresión del bienestar y la conciencia tranquila, culmen de las necesidades necesarias cubiertas, gesto de generosidad al prójimo y a ti mismo, sello de bondad ingenua, medicina natural y llave maestra.

Ni opulencias ni pobredumbres necesita para hacer su aparición, solo un momento cómplice entre seres vivos, incluido el del espejo. Resulta bastante barata y no distingue entre credos, etnias, orientaciónes sexuales o estatus social, únicamente la paz interior sacará de ti la mejor sonrisa.

Es la mejor tarjeta de presentación, aunque podríamos distinguir entre la voluntaria y la involuntaria. Dentro de la voluntaria podríamos separar la malintencionada de la bienintencionada. De actores y actrices está lleno el mundo, siendo complicado distinguir en ellos una involuntaria de una voluntaria malintencionada, solo la experiencia en la lectura del lenguaje no verbal podría salvarte de llevarte un chasco. A la voluntaria bienintencionada hay que reconocerle su mérito, sacando fuerzas de flaqueza buscas el bienestar ajeno y, la verdad, no es genuina, pero tiene gran valor. Aunque la involuntaria es la reina de las sonrisas, dicen, que si el bebé sonríe recién nacido es síntoma de inteligencia y entiendo que las personas que casi siempre te brindan una sonrisa involuntaria tienden a estar por encima del mundo mundano, transcendiendo más allá, estando en paz consigo mismo y con los demás. Con una escala de valores inimaginable para el resto que les permite interesarse y emocionarse con el eco de una voz.

Estas modestas palabras sirvan como alegato a la vacuna del odio, del rencor y del miedo. La involuntaria, no es necesario practicarla, la tenemos escrita en el genoma y aparecerá cuando se den las circustancias favorables. La voluntaria bienintencionada es una expresión de la bondad y la empatía, no hace falta practicarla, lo sabrás hacer cuando sea el momento. La falsa se practica y hay que adiestrarse en su identificación.

Yo soy scout y uno de los artículos de la ley que intento seguir dice que "el scout sonríe y canta ante las dificultades". Sin duda, fue concebido para tratar de dejar el mundo en mejores condiciones de como lo encontramos.

Por cierto, Málaga es así por su microclima y estado de bienestar (totalmente relativo).