sábado, 24 de marzo de 2018

La naturaleza circular de la Vida.

La Vida es el origen y la meta tecnológica.
La energía se confina y se ordena hasta llegar a generar seres con conciencia. Mientras llega ese punto de desarrollo, es la propia naturaleza la que va evolucionando sus creaciones y adaptándolas para absorber más energía y poder confinarla y ordenarla de la forma más eficiente. Pero llega el momento en que la evolución crea seres con capacidad de entender lo que ocurre a su alrededor. Estos seres comienzan a transformar su entorno, sin permiso de la Naturaleza, para su adaptación al medio. Ahí comienza la tecnología.

La Naturaleza nos lleva millones de años de adelanto y lo que está ocurriendo con los seres humanos ya le ha ocurrido infinidad de veces en todo el Universo. El ser humano, crea la tecnología para aprovecharse de la Naturaleza y crear entornos artificiales lo más adaptados posible a su idiosincrasia, demandando, cada vez, más y más energía en procesos mucho mas ineficientes de como lo haría la Naturaleza. Todo es energía, pero fácil de aprovechar hay poca. Por ahora, nos aprovechamos de las acumulaciones energéticas que la Naturaleza nos brinda y que gracias a la tecnología podemos ir extrayendo, como la comida (caza, recolección, ganadería, agricultura), la madera (el fuego y su control), el carbón (extracción), el petroleo (extracción y refinamiento), el gas (extracción y envase), todas acumulaciones de energía de la radiación solar durante millones de años. Ahora la tecnología nos da para extraer energía de productos de supernovas como el Uranio (extracción, depuración, enriquecimiento y control) y estamos desarrollando tecnología de fusión nuclear (control de grandes energías), que es lo que hace el Sol para producir su calor. Pero llegará un momento en que esas acumulaciones energéticas, dejando aparte la fusión, que no es acumulación, se acabarán, con lo que tendremos que buscar en otros mundos más acumulaciones energéticas aprovechables. El problema es que sea rentable, teniendo en cuenta el gasto energético para ir a buscarlo y traerlo, además de la huella que deja una liberación de energía brusca en el equilibrio de la Naturaleza, pudiendo llegar a romperlo y, con ello, llevarla a su muerte.

Espero que las acumulaciones de energía aprovechables se acaben antes de que acabemos con el equilibrio de la Naturaleza, porque no veo que la ceguera producida por la codicia de unos pocos nos lleve a terminar con tal consumo. Pero si se diera el caso en el que dejemos de liberar energía acumulada y la Naturaleza todavía no esté en fase terminal, ¿de donde sacaríamos la energía que necesitaríamos para seguir desarrollándonos? La respuesta es: del Sol directamente. El Sol nos libera cantidades ingentes de energía sin esfuerzo alguno, solo tendríamos que repensar el mundo para aprovecharlo.

A ver, necesitaríamos captadores de esa energía que la transformaran en aprovechable y acumuladores que la retengan; por otro lado, debería ser con una tecnología de fácil implantación y que se sirviera de su propia energía para hacerlo autónomamente. Que produzca un entorno simbiótico para el ser humano, de forma que su gran expansión sea beneficiosa y no rompa el equilibrio. Fácilmente aprovechable por todos y cada uno de los seres humanos, vivan donde vivan.

¡Un momento! ¿No estoy describiendo la Vida? Los captadores son las plantas, los acumuladores son los alimentos, las plantas se expanden solas y son de fácil implantación, aprovechando su propia energía para hacerlo, tenemos una relación simbiótica con la Naturaleza y cuanto más se expanda mejor y finalmente, cualquier ser humano puede aprovecharlo sin apenas tecnología.

En un final bastante lejano, el ser humano creará tecnología igual a una vida para la expansión e implantación por todo el Universo de forma autónoma y, por otro lado, la creará para la mejora tecnológica donde haya una implantación desarrollada.

A modo de resumen, la Naturaleza ha creado vida consciente que creará vida consciente en un bucle cuasi infinito. En el Universo apareció la Vida por primera vez de forma ¿casual? y a partir de ahí, esa Vida ha podido crear otras vidas y a la vez, la Naturaleza ha podido crear más vidas genuinas que no hayan sido desarrolladas por otras.

¿Seremos nosotros una Vida genuina o seremos una Vida derivada, desarrollada por otra? Es más, si somos derivada, ¿en qué bucle estamos?

domingo, 18 de marzo de 2018

Digitalización

Probablemente sea verdad eso que dicen de que después de cada puerta que abre la ciencia, aparecen muchas más por descubrir, pero ya están tan lejos de la gente y son de naturaleza tan básica que cuando se implementa un invento basado en ello, afecta a la mayoría de las personas de forma profunda. Por ejemplo, cuando se inventó la rueda, hubo un gran salto en la civilización, porque se aumenta en mucho la productividad, pero solo afecta al modus vivendi. Mientras que la secuenciación de nucleótidos del genoma humano derivará en un cambio del propio ser.

Uno de los descubrimientos más importantes, si no el que más, ha sido el de la naturaleza atómica de la materia que desembocaría hacia 1970 en el modelo estándar de la física de partículas, porque nos ha abierto la puerta hacia la tecnología actual. El desarrollo de la electrónica fue en paralelo con el desarrollo del Álgebra de Boole y allá por 1937 fue cuando se conocieron y formaron pareja, dando lugar al comienzo de la computación.

Por un lado, ceros y unos y, por otro, cosas que pueden dejar pasar la electricidad o no. Traducido a información, un bit es la representación del 0 o el 1 que tú le quieras dar, por ejemplo: 1 estar en una habitación, 0 no estar; 1 comenzar, 0 parar; 1 abre grifo, 0 cierra grifo. Claro, que el Universo no es tan simple y para definir cuestiones más complejas se echa mano de más bits, por ejemplo: 10 abre el grifo de Moscatel, 11 abre el grifo de Pedro Ximénez, 00 cierra el grifo de Moscatel, 01 cierra el grifo de Pedro Ximénez.

Actualmente, a un conjunto de 8 bits se le llama byte, con lo que por cada byte hay 256 combinaciones diferentes de ceros y unos, así que, por ejemplo, podríamos diferenciar 256 colores distintos. Con 16 bits podríamos tener 65 536 colores distintos y con 32 bits 4 294 967 296 colores diferentes. El humano es capaz de percibir alrededor de 1 000 000 de colores distintos, por lo cual con 4295 millones tenemos para representar, con creces, los colores que podemos ver.

Podemos definir cualquier cosa, no solo los colores. Por ejemplo, una foto, un vídeo, un sonido, etc. y, claro, no es lo mismo definir una foto de 10x12 dividiéndola en 120 trozos, que en 600 millones de trozos. Cada trozo solo puede tener un color, un brillo, un contraste, etc., con lo que con 120 trozos no se pueden hacer representaciones muy fidedignas. Sin embargo, con 600 millones de trozos, si tenemos en cuenta que en un centímetro cuadrado de piel hay aproximadamente 5 millones de células, podríamos representar 120 cm cuadrados de piel casi célula a célula. Es más, si pudiéramos dividir la foto en 25 200 millones de trocitos podríamos representar cada molécula de los 120 cm cuadrados de piel.

Esto sería estupendo, pero las mayores resoluciones de pantallas de las que se pueden comprar, para poder ver la foto son de, aproximadamente,  3131 trocitos cada cm cuadrados, o sea, como si dividiéramos la foto anterior en 375 720 cachitos, muy lejos de representar célula a célula y no digamos molécula a molécula.

Por otro lado, tenemos otros dos escollos: el sistema con el que interpretamos la realidad también tiene que tener la resolución deseada y los ordenadores tienen que poder gestionar la cantidad de ceros y unos que se necesitan para cada una de las propiedades de los cachitos.

La resolución de esta foto es aproximadamente 353 000 millones de cachitos, pero la superficie que representa es tan grande que no cabe ni a un cachito por centímetro cuadrado real.

Para poder mostrar la representación bidimensional de la realidad, deberíamos determinar cada fotón emitido o rebotado de lo que queramos captar, ya hay tecnología para ello: cámaras con 3200 megapixels, y teniendo en cuenta que, según el doctor Roger Clark, el ojo humano tiene 576 megapixels, ya no se podría distinguir una foto analógica, con carrete, de una digital.

Pero hemos dicho que un ordenador con la capacidad suficiente, podría digitalizar cualquier cosa, incluso un cerebro, eso sí, otra cosa es reproducirlo. La tecnología cuántica en los ordenadores nos llevará a límites insospechados y podremos, por fin, teletransportarnos por la red. También puede pasar que seamos algo más que materia y entonces no podamos, al no ser capaces de digitalizar el ¿espíritu?

jueves, 8 de marzo de 2018

El amor no existe

El amor no existe. No hay persona en el mundo que sienta el amor igual a otra, por lo que, si no podemos ponernos de acuerdo, es un invento. Para ponernos de acuerdo en algo, hay que definirlo exactamente y hoy por hoy, solo el leguaje matemático puede hacerlo. Escribiré sobre la existencia de las cosas y los seres en una próxima entrada.

Claro que también puede pasar que el amor sea tan grande que las personas solo abarcan la parte que les atañe en esos momentos, con lo que cada uno puede sentir una parte distinta del amor.

La RAE, en su primera acepción dice: " Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser", pero tiene muchas más acepciones, con lo que nos da una idea de su ambiguedad.

En una entrada anterior llamada Teoría del 50%, plasmo grosso modo cómo nos relacionamos e incluyo el sentimiento por los objetos como otro tipo de relación, con las mismas propiedades que cualquier otra relación, por ejemplo con un ser vivo.

El humano nace con capacidad de relación, en su entorno existe el Universo, con lo que cualquier cosa, con la naturaleza que sea, es suceptible de ser relacionada. ¿Cuándo es amor? Parece que el sentimiento aparece cuando hay una necesidad fuerte de relación pero, ¿cuál es la intensidad  de sentimiento en la cual hablamos de amor?

¿Los animales se pueden enamorar?, ¿o es un privilegio del ser humano?  Si es un privilegio del ser humano, entonces el amor radica en la consciencia. Si radica en la consciencia, ¿se necesitan dos? ¿O con que haya una es suficiente? Si con una es suficiente, ¿por qué no te vas a poder enamorar de, por ejemplo, tu perro o de tu automóvil?

También puede ser que, para que haya amor, se necesiten dos personas, dos consciencias. En este caso, si la consciencia apareció como evolución para la adaptación, probablemente sea la reproducción el precursor del amor, puesto que el elemento principal de pervivencia es la reproducción.

Con ello de base, aparecen otros tipos de amor como el que se tiene a un hijo, a un padre, a un hermano, a un amigo, que también hacen falta para la pervivencia, pero, ¿son diferentes al que tuviste hacia tu "primer amor"?

¿Es la querencia una marca blanca del amor? ¿Realmente a tus padres los quieres o los amas? Si la diferencia entre querer y amar es cualitativa, probablemente sea el sexo la cualidad que lo diferencie, pero si es cuantitativa, se trataría del mismo sentimiento en distintos grados y, por lo tanto, existiría el amor hacia tu peluche favoríto, confundiendo querer con poseer.

El amor debe ser libre y buscarle un común denominador es harto complicado, lo que sí está claro es que es la palabra que describe las cosquillas en la barriga y, eso, sí existe, que lo he notado yo.

jueves, 1 de marzo de 2018

¿Estamos solos?

Nadie me negará que compartir felicidad es muy fácil, pero ¿qué pasa cuando lo que tengo que compartir es infelicidad y problemas?

Como ya escribimos en otra entrada, el ser humano, solo por su esclavitud al desgaste entrópico y la conexión universal por fuerzas fundamentales, ya nace con tendencia a socializar y será más adelante, en el momento que desarrolle todas sus capacidades, cuando sentirá que puede con todo solo. Si además, posees dinero suficiente como para no tener que depender de necesidades mundanas, su pensamiento irá por derroteros más individualistas, todo ello como norma general. Pero pasan los años y el poderío físico se va mermando poco a poco y, claro, vamos notando cómo necesitamos de los demás para hacer las cosas. ¿Quién aguanta tu necesidad si no tienes dinero?

Siguiendo con la bipolarización, la Vida puedes vivirla de dos maneras: dando sin pedir nada a cambio o esperando recompensa cuando das. Un refrán dice, "el que siembra vientos, recoge tempestades". Nadie espera que solo des y no tengas para comer, pero en la conciencia de uno está cuánto de lo tuyo es de los demás también.

Una de las claves para la felicidad es ser capaz de dar sin tener y... ¿cómo se puede dar sin tener? Pués, no necesitando. Este vínculo es el que desarrollan los padres con sus hijos, por el cual, los progenitores dan sin tener y, casualmente, serán los hijos las únicas personas que, probablemente, aguantarán el "sufrimiento" de los padres en su último tramo vital. A partir de aquí, podremos ir bajando en el escalafón parental e iremos viendo cómo la capacidad de generosidad se va perdiendo poco a poco. Se es generoso con los nietos, con los sobrinos, con los primos, con los mejores amigos, con los amigos de los hijos, con los amigos de los nietos, con los amigos de los primos, etc.

Sin embargo, existen personas que son capaces de darlo todo por personas que no conocen absolutamente de nada, como por ejemplo los voluntarios laicos o religiosos que actúan en lugares sin ningún tipo de comodidades. Probablemente, esas personas serán felices y no estarán solas en su vida. En el lado opuesto, existen personas engreídas que ven a las demás personas como seres inferiores que están para servirles. Probablemente terminarán solas, incluso aunque pudieran comprar voluntades.

La relación directa entre la generosidad y no estar solo es clara, pero probablemente no sea fácil darse cuenta hasta que lo necesitas y aunque cada persona tenga un nivel de tolerancia a la soledad, la sensación de tener a alguien con quien compartir es básica para la estabilidad emocional y la productividad.

Ser útil, servicial, bondadoso y generoso sin esperar nada a cambio, es la mejor forma de no estar solo. Tú eliges.