jueves, 1 de marzo de 2018

¿Estamos solos?

Nadie me negará que compartir felicidad es muy fácil, pero ¿qué pasa cuando lo que tengo que compartir es infelicidad y problemas?

Como ya escribimos en otra entrada, el ser humano, solo por su esclavitud al desgaste entrópico y la conexión universal por fuerzas fundamentales, ya nace con tendencia a socializar y será más adelante, en el momento que desarrolle todas sus capacidades, cuando sentirá que puede con todo solo. Si además, posees dinero suficiente como para no tener que depender de necesidades mundanas, su pensamiento irá por derroteros más individualistas, todo ello como norma general. Pero pasan los años y el poderío físico se va mermando poco a poco y, claro, vamos notando cómo necesitamos de los demás para hacer las cosas. ¿Quién aguanta tu necesidad si no tienes dinero?

Siguiendo con la bipolarización, la Vida puedes vivirla de dos maneras: dando sin pedir nada a cambio o esperando recompensa cuando das. Un refrán dice, "el que siembra vientos, recoge tempestades". Nadie espera que solo des y no tengas para comer, pero en la conciencia de uno está cuánto de lo tuyo es de los demás también.

Una de las claves para la felicidad es ser capaz de dar sin tener y... ¿cómo se puede dar sin tener? Pués, no necesitando. Este vínculo es el que desarrollan los padres con sus hijos, por el cual, los progenitores dan sin tener y, casualmente, serán los hijos las únicas personas que, probablemente, aguantarán el "sufrimiento" de los padres en su último tramo vital. A partir de aquí, podremos ir bajando en el escalafón parental e iremos viendo cómo la capacidad de generosidad se va perdiendo poco a poco. Se es generoso con los nietos, con los sobrinos, con los primos, con los mejores amigos, con los amigos de los hijos, con los amigos de los nietos, con los amigos de los primos, etc.

Sin embargo, existen personas que son capaces de darlo todo por personas que no conocen absolutamente de nada, como por ejemplo los voluntarios laicos o religiosos que actúan en lugares sin ningún tipo de comodidades. Probablemente, esas personas serán felices y no estarán solas en su vida. En el lado opuesto, existen personas engreídas que ven a las demás personas como seres inferiores que están para servirles. Probablemente terminarán solas, incluso aunque pudieran comprar voluntades.

La relación directa entre la generosidad y no estar solo es clara, pero probablemente no sea fácil darse cuenta hasta que lo necesitas y aunque cada persona tenga un nivel de tolerancia a la soledad, la sensación de tener a alguien con quien compartir es básica para la estabilidad emocional y la productividad.

Ser útil, servicial, bondadoso y generoso sin esperar nada a cambio, es la mejor forma de no estar solo. Tú eliges.

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