domingo, 23 de septiembre de 2018

Voluntariado

Y no parece que vaya a cambiar la situación, mientras haya una parte de la sociedad dispuesta a progresar más y más rápido que los demás y miren para otro lado o no les importe a costa de qué consecuencias humanas acontezca, esto no va a cambiar. Y aunque seamos mayoría los que estamos dispuestos a bajar el nivel de comodidad en nuestra conciencia, reflexionando sobre lo que realmente es o no necesario en nuestras vidas para que las demás personas puedan tener una vida, como mínimo, como la nuestra, los que tienen asumido que para ser alguien en la sociedad hay que pisar el cuello del prójimo como acción inevitable y colateral, son más fuertes, dominantes y manejan la socio-economía mundial.

Esto hace que la Humanidad trabaje en cuatro modos, extrapolables a cualquier organización que opere a nivel mundial:

- Los que intentan manejar las riendas del mundo para ser ellos y sus amigos puntuales más fuertes y dominadores y, además, tienen capacidad para ello.
- Los que intentan manejar las riendas del mundo para ser ellos y sus amigos puntuales más fuertes y dominadores, pero no tienen la capacidad para ello.
- Los que les gustaría que la sociedad fuera más igualitaria en oportunidades, pero sin perder su nivel de comodidad.
- Los que les gustaría que la sociedad fuera más igualitaria en oportunidades y se esfuerza, saliendo de su zona de confort, para que así sea.

El sistema creado y potenciado, gracias al estudio de la mente humana, de forma que se aprovechan de cualidades humanas poco racionales y necesarias, como por ejemplo la curiosidad, busca la supremacía del mejor, imponiéndose sobre los demás para seguir siendo cada vez mejor, y parece que el mejor es el que tiene más dinero. El modelo a imitar es el que tiene éxito en el engorde de sus cuentas bancarias, pero hay un matiz que lo cambia todo. ¿Hasta qué punto estás dispuesto a que los demás sufran un recorte en sus niveles de vida para conseguirlo? La mayoría optan por pensarlo poco para que sus conciencias no chirríen, otros hacen donaciones, más o menos cuantiosas, para enfriar los remordimientos de conciencia, otros donan por apariencia, otros por buena conciencia, pero volviendo a la pregunta, ¿qué tanto por ciento de tu dinero estás dispuesto a donar?

La conciencia de donación es un hecho que se extiende en unas sociedades más que en otras, cada una decide como donar, si a través de impuestos o en forma de decisión personal. Los impuestos llegan a donde llegan y, depende mucho del color político del que los reparte, pero probablemente no sean suficientes para que lleguen a los estratos sociales más desfavorecidos.

Hay mucha gente que siendo del modo último en la lista, no disponen de dinero ni recursos materiales para donar, pero sí disponen de su tiempo y lo utilizan como donación a la sociedad para hacer lo que el sistema deja de ofertar. En teoría, los voluntarios no deberían existir y que cada vez haga falta más voluntarios nos da una idea de hacia dónde se encamina esta sociedad. Estos no van a arreglar el mundo, solo palían la parte más inhumana del sistema.

La educación en valores que permitan la libertad individual en favor de la sociedad es el camino para cambiar la situación. Esto lo saben los del modo primero en la lista, con lo que no se contará con su ayuda, así que solo queda que las personas tomen conciencia e intenten apoyar a las ONG que, sobre todo, trabajen por este tipo de voluntariado que afecta a toda la sociedad, independientemente del nivel económico que se tenga.

La educación en valores traslada al futuro personas que cuando ocupen puestos de responsabilidad, irán transformando la sociedad a algo más justa. No es fácil de asumir, pero la evolución de la humanidad debe ir más despacio para que todos se puedan beneficiar a la vez.

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