viernes, 15 de diciembre de 2017

La economía y la política

Existen millones de libros y de textos que desde la aparición de la escritura explican la política y su economía. Yo voy a intentar hacerlo en unas cuantas líneas (más chulo que un ocho).

La entropía nos obliga a invertir cierta cantidad de energía en mantener nuestro cuerpo, mente y ambiente, ya que poco a poco nos va desordenando todo. Esto nos crea una serie de necesidades energéticas diarias, que en nuestro caso, de forma vital, serían la respiración, alimentación, resguardo climático, protección y reproducción.

En cuanto estas necesidades estén cubiertas, aparecerán otras que las viviremos como las más importantes en ese momento. En cuanto se cubran las siguientes, aparecerán otras y así sucesivamente.

Para saciar estas necesidades, tenemos que trabajar (en el sentido físico). Ya desde los inicios del ser humano, las personalidades y no solo el físico, comenzaban a diferenciar a un individuo de otro.

Mientras la Humanidad era nómada, las necesidades alimenticias se cubrían a duras penas, la caza y la recolección solo daban para poder volver a cazar, recolectar, protegerse y reproducirse. Aún así, las diferencias de personalidad hacían encarar el reparto de la producción del trabajo de las dos maneras que existen en las organizaciones sociales no autoritarias:
  1. Se reparte la produción entre todos y espero que los demás hagan lo mismo.
  2. Lo reparto solo a los que me ofrezcan algo que cubra mis necesidades.
Mientras el grupo era pequeño, todos hacían de todo. Con el aumento de la capacidad intelectual, se aumentaba también el círculo de individuos a tener en cuenta e interactuar, formando grupos mayores y la especialización en el trabajo comenzaba a aparecer. El reparto del trabajo entre los que mejor podían desempeñar tal función, trajo más eficiencia y, por tanto, mejor cobertura de las primeras necesidades, dando paso a las siguientes necesidades y posibilitando el I+D.

Pero fue gracias a ese I+D, que se consiguiera entender cómo funcionaban las plantas, aprovechándose de ellas masiva y controladamente. De este modo, apareció la agricultura. Lo mismo con el resto de animales, naciendo la ganadería. Esto nos lleva al sedentarismo y a la aparición de la propiedad del territorio y las fronteras.

 Hasta aquí, la política se reducía a, "se hace lo que el más listo y fuerte quiera" y la economía (comercio) se reducía al trueque.

Las dos formas de repartir la produción dependían de cuánto y qué de igual se ve a otro individuo. Ahora también, o sea, si tienes que dar de comer, porque se mueren de hambre, a dos individuos, ¿es distinto si uno es tu madre y otro un "sintecho" que no conoces de nada?, ¿y si en vez de darle de comer, fuera comprarle un libro?

La naturaleza es cruel con los menos capaces y mientras el margen entre la obtención y el consumo de energía era escaso, los individuos que no aportaban suficiente, fracasaban -y fracasan- en el intento de vivir. Así, la primera forma de reparto de la producción, apenas se daba ya que no había para todos y había que priorizar. Pero la llegada de la agricultura y la ganadería proporcionó excedentes para repartir sin priorizar. Ahora, las dos preguntas anteriores, piénsalas con las premisas de "no tengo para los dos" y con la de "tengo para los dos sin problemas", ¿has actuado igual?

En el trueque se tenía que llegar a acuerdos de valor que se basaban (y se basan actualmente) en las necesidades del momento. Las comunidades eran cada vez más grandes, con mayor especialización y mayores distancias, con lo que el trueque era cada vez más difícil. Además, los productos tenían una caducidad que limitaba el tiempo de trueque.

En cuanto una entidad (jefe, familia, comercio) tuvo poder suficiente como para garantizar una riqueza de forma estable en el tiempo, pudo pensar en representar esa riqueza en uno o varios objetos. ¿Qué objeto era lo más estable y apreciado en ese momento (siglo VII al V a. C.)? El metal, y más concretamente el oro y la plata, con lo que solo se le tuvo que dar forma, peso y valor, acuñándolo para que no se pudiera falsificar.

Nació el dinero y con él, el despegue de la economía, que de forma neutra ayudará al régimen establecido a posicionarse por encima de los demás. La economía mira el objetivo para conseguirlo pero el objetivo lo pone la política.

Con los años, el poder ha ido acumulando el dinero y  la capacidad de crear (aflorar) necesidades que cubrir. No dejó (ni deja) paso a la primera forma de repartir la producción. Esto ha llevado al exterminio de las personas incapaces de (o que no querían) ofrecer algo para repartir. La segunda forma de repartir la producción es la ley del más capaz, mientras la tecnología se basaba en palos, piedras y metal, los imperios y reinados aparecían y desaparecían, porque cuanto más extenso y poblado, más difícil era que las "instrucciones del jefe" no se desvirtuaran por el camino. Pero a partir de la revolución industrial, la comunicación empezó a fluir con más velocidad y los territorios se mantienen estables mucho más fácilmente. Esto, no solo afecta a la gobernabilidad interna, sino a las relaciones externas, con lo que ahora, la economía y la política, empiezan a globalizarse.

Los extremos ganan posiciones, ya que unos no quieren dejar el poder, con la tecnología como aliada; y a otros, la tecnología, les da la posibilidad, que nunca han tenido, de comunicar y crear necesidades, a un nivel inimaginable hasta ahora, igualando bastante las capacidades.

Por suerte o por desgracia, en el mundo, nacen personas con impedimento físicos e intelectuales, o que, por nacer en el sitio "incorrecto", no saben cómo cambiar su vida. Llevado al extremo, con la primera forma de reparto se asegura que todo el mundo tenga la mayoría de las necesidades cubiertas, pero no habría incentivos para el desarrollo individual; con la segunda forma de reparto, las personas obtendrían beneficios en función de su producción, con lo que habrían muchas que no tendrían nada.

Entre estas dos formas de ver el mundo, hay muchos intermedios y depende de la política, la situación del reparto. En cuanto a la economía, con la primera forma de reparto prácticamente desaparecería, convirtiéndose en pura contabilidad; no así con la segunda, donde estaría en su salsa, inventando créditos para cubrir las necesidades que no necesitamos.

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